“Existen muchas realidades y no podemos mirar hacia otro lado”

Más allá del ámbito académico, el Bachillerato Internacional del colegio Jesuitinas Donostia pretende fomentar entre los jóvenes una mirada activa, inclusiva y solidaria. CAS (Creatividad, Actividad, Servicio) es la asignatura troncal. “Queremos que las y los jóvenes vivan conscientes, tengan pensamiento crítico, criterio propio y sean parte activa en la sociedad”, afirma Idoia Altuna, coordinadora de la asignatura.

Durante los 10 meses que dura el curso, las y los alumnos se involucran en diferentes experiencias y proyectos. Trabajan en diferentes ámbitos sociales, “se implican en lo que les mueve por dentro a cada uno”. La sensibilización es fundamental para empezar. “No es simplemente hacerlo, no es cuestión de mérito. Hay que desarrollar la capacidad de ver el entorno, observar esas realidades que nos son ajenas, entenderlas, conocer de dónde vienen, superar prejuicios y estimular la actividad activa”.

# Se quiere incidir en la realidad cercana

A pesar de tener en cuenta temas de ámbito mundial, las y los alumnos de Bachillerato Internacional influyen en sus realidades más cercanas. “Son pequeñas acciones que hacemos con conocimiento. Es imprescindible salir de nuestra zona de confort. Ahora tengo un punto de vista más amplio para entender los problemas que hay a mi alrededor” dice Itzel Padilla, estudiante de Bachillerato Internacional.

# Son múltiples experiencias y proyectos

“Intervenimos en los temas que despiertan nuestra curiosidad”, dice Lucía Olaizola. Son proyectos de todo tipo, desde experiencias de un día hasta proyectos de meses. Participan en iniciativas ya organizadas o son proyectos creados por el alumnado. “El año pasado creamos un rap reivindicativo para el Día Internacional de la Mujer. Teníamos claro que tenemos mucho que hacer en igualdad de derechos de la mujer y lo creamos con la intención de dar respuesta a esa necesidad. ¡Fue un éxito!”

# Cuidando el aspecto ético de las acciones

No es sólo hacerlo. Hay que fijarse en las consecuencias e impactos de lo que se hace. Así, otro de los proyectos del alumnado del pasado año fue la recogida solidaria de juguetes de segunda mano. “A medida que se acercaba la Navidad, vimos que los niños y niñas de nuestro entorno recibían muchos juguetes nuevos y que los que ya tenían en casa se les quedaban viejos. Mientras, en otras realidades pensábamos que había millones de niños sin juguetes”, dice June Vázquez.

“Por eso, decidimos dar un segundo uso a aquello que no se utilizaba en nuestra realidad más cercana, entendiendo que en lugar de ser rechazado en casa, estaban mejor en manos de otros niños o en sus pies. Por eso organizamos la recogida de juguetes de segunda mano y no de primera mano, para evitar el exceso de consumismo y fomentar un uso sostenible y consciente. Partir de la realidad cercana para incidir en la lejana. Es espectacular el número de objetos no utilizados que tenemos. ¡Y que están en muy buena condición!”.

# Se identifican las fortalezas y debilidades propias
Eso es salir de nuestra cómoda realidad. Son vivencias que se preparan. Estas experiencias o proyectos tienen mucho trabajo previo. Entender para qué y para quién lo hacen es un primer paso. “Ser voluntario no es sólo llevar a cabo una acción”, dice Sol Irulegi, “hay que entender el porqué de esa acción, saber qué y cómo va a afectar esa acción, a quién va a ayudar”. Su compañero Andrés Pascual coincide en que “hoy puedo decir lo que sé hacer bien y no sólo lo que hago mal. Esto sería impensable hace un año”.

# Actitud positiva y pensamiento abierto
“Tienes que ser voluntaria, no hay un deber”, dice June Vázquez. Semanalmente las y los alumnos de Bachillerato Internacional participan en sus experiencias y proyectos. “Es un acto de empatía. Existen realidades diferentes y no podemos mirar hacia otro lado”. “Lo haces porque tú quieres y eso te ayuda a desarrollar tu identidad”, dice Priscila Contreras.
Paula Bagüés percibe una transformación notable en sí misma: “Los espacios que comparto con los usuarios de la Fundación Goyeneche han cambiado mi mirada. He deshecho muchos prejuicios y me están enseñando muchísimo. Le damos demasiadas vueltas a las cosas. La vida es más simple de lo que la hacemos y eso es lo que estoy aprendiendo gracias a ellos”.
“A menudo miramos con pasión o tristeza a la persona feliz. Tenemos que aprender a entender la situación. De dónde y por qué lo miramos así”, dice Oihana Arrue.

Ser voluntario da sentido a la propia vida, podría decirse que es una filosofía de vida. Un gesto que se puede integrar en nuestro día a día. Las alumnas y alumnos del colegio Jesuitinas de Donostia están transformando desde muy jóvenes sus hábitos de vida en estilo de vida. Son el presente y el futuro, y les corresponde decidir cómo quieren vivir.

La prensa también se hace eco de nuestro cole: https://irutxulo.hitza.eus/2022/12/01/jesuitinaseko-ikasleak-boluntariotzan-murgilduta/